[Pues, tal como dice la RAE, “aburrirse extraordinariamente]
Origen: No tengo ni idea de cómo será la vida interior de una ostra, pero lo que está claro es que su vida social, encerradica en su concha y pegada a una roca, no puede ser muy locuela.
Pero aquí no hablamos del animalico: la expresión viene del griego ὀστρακισμός (ostrakismós), el exilio de diez años al que se condenaba en la antigua Grecia (sobre todo en Atenas) a aquellos personajes que se consideraban perniciosos y/o peligrosos para la sociedad.
La palabra deriva de óstrakon (concha, caparazón o cáscara, también de cerámica), en el los miembros de la asamblea responsable votaban escribiendo el nombre de la persona que se quería desterrar.
Este exilio, por supuesto, significaba también falta de contacto con los semejantes y nada de la ajetreada vida pública ateniense, por lo que se puede suponer que la gente terminaba ya no sabiendo ni qué hacer de puro hastío, y ese es el sentido que ha llegado hasta nosotros a través de los siglos.
Ejemplos:
—Paco, vamos a hacer algo, que estoy más aburrida que una ostra…
—¿Y me lo dices a mí? Estar casado contigo tiene el mismo aliciente que escuchar una partida de ajedrez por la radio, María del Perpetuo Bostezo.
Cansado de estar siempre aburrido como una ostra, Jesús Ramiro decidió dedicarse a la acuicultura y se compró un acuario. De almejas.
Bibliografía: www.rae.es
Imágenes: Pinterest
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