Para la segunda semana de agosto, os propongo perderos en el fresco de una arboleda, contemplando el Komorebi, quizás con el Mo Chuisle Mo Chroí de alguien que amáis de ruido de fondo.
Es una forma como cualquier otra de sumergirse en la naturaleza y experimentar la Waldeinsamkeit… Y si se hace hambre, pues un poco de pan y Palegg, ¡pero Lagom, eh?

PS. Y cuidaos de l’appel du vide si vais por la montaña… Al abismo le gusta mirarte a los ojos y tironearte un poco de vez en cuando.

El japonés parece abundar en términos que invitan a la contemplación, ¿no os parece?
No tengo yo claro que vaya a ser capaz de pronunciar esto alguna vez, pero aun sin entender nada, me encantan las palabras y el sonido del gaélico.
Fuente: de la web. La foto no es mía, sólo la traducción y el marco.
Ya os comenté que vivo a la entrada de la Selva Negra. Aquí no hay problema en experimentar la Waldeinsamkeit. Y sí, da respeto.
Fuente: de la web. La foto no es mía, sólo la traducción y el marco.
Me parece tremendamente práctico esto de utilizar la misma palabra para designar lo mismo una rodaja de chorizo que un bote de nocilla. ¡Olé los noruegos!
Fuente: de la web. La foto no es mía, sólo la traducción y el marco.
Yo soy más del too much –así me mira la báscula por las mañana *suspiro*
Fuente: las imágenes son de la web, las fotos no son mías --sólo la traducción y el marco.
La llamada del vacío. ¿Quién no ha sentido el tironeo del abismo alguna vez?
Imagen de Angela Cuevas Alcañiz
Angela Cuevas Alcañiz

Las historias están por todas partes, nos rodean. Al final, todos nos convertimos en historias.

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